¡Hola a todos! Hoy vengo a poneros los dientes largos con una próxima novedad que sé que os va a encantar: Una estrella en mi jardín de W. Davies. Seguro que a muchos de vosotros os suena el nombre de la autora -en este caso autoras, ya que son dos las cabecitas pensantes que se esconden tras ese pseudónimo- debido a que el año pasado publicaron Recuerda que me quieres, un retelling de Peter Pan que yo amé y adoré a más no poder. Bien, pues dentro de unas semanas saldrá a la venta Una estrella en mi jardín, que, en esta ocasión, versionará la mundialmente conocida obra de Alicia en el País de las maravillas.
La editorial Kiwi ha organizado un Blogtour entre algunos blogs, los cuales durante esta semana estamos publicando un montón de información referente al libro y también diferentes fragmentos de la portada que serán muy importantes para una sorpresita de la que os hablaré al final de esta entrada. Por el momento os dejo con las diferentes paradas:
Martes día 17: Divagando entre líneas
Miércoles día 18: Perdidas entre páginas
Jueves día 19: Bubbles of books
Viernes día 20: Butterfly Kisses
Sábado día 21: Arte literario
No sé vosotros pero yo estoy deseando leerlo y para ir abriendo boca -y gracias a la editorial Kiwi- vamos a poder disfrutar de un divertido y alocado fragmento de la novela que os dejo a continuación:
Sin pensarlo, pegó la oreja a la puerta y pudo
oírla respirar. Una respiración acelerada. Tan clara como la puerta de madera
oscura que los separaba, como el suelo que se cernía bajo sus pies. Y esa
certeza le hizo soltar una risotada que nació de la incredulidad y que no tardó
en convertirse en indignación.
—¡Estás ahí! ¡Puedo escucharte! —dijo casi a
gritos, atónito por el recibimiento—. ¿No te han dicho nunca que es de mala
educación ignorar a una persona? —preguntó, sin esperar respuesta—. Pues lo es.
¡Eres una maleducada! —Tocó de nuevo al timbre para dar más énfasis a su
afirmación—. Qué digo maleducada, ¡una grosera! Y estás loca, ¿me oyes? ¡LO-CA!
—enfatizó cada sílaba casi escupiendo la palabra—. Y encima me espías, ¿crees
que no te veo por la ventana? ¡Habría que estar ciego para no verte! —Se apartó
de la puerta y la miró como si descargara toda la ira con ella, como si la
pobre puerta tuviera la culpa de su mal humor—. ¡Atrévete a hacerme otra foto
ahora, venga! ¡Cobarde!
Y justo en ese momento la puerta se abrió de par
en par. Pero no era ella quien estaba al otro lado, sino un señor mayor de
porte elegante, que miraba a Charlie con expresión austera a pesar de que todo
en él dejaba a las claras que era un hombre afable. Retrocedió instintivamente,
azorado; la determinación y el envalentonamiento que segundos antes lo habían
dominado cayeron en picado en el tiempo que se tarda en emitir un leve suspiro.
—¿Se puede saber por qué chilla delante de mi
casa, jovencito? —dijo el hombre con voz solemne. Charlie abrió los labios y
volvió a cerrarlos al ver que no sabía qué contestar a eso—. ¿Cree que esa es
manera de venir a una casa ajena, dando gritos y llamando el timbre de manera
insistente? ¿Qué tipo de educación ha recibido?
«Una mejor que la de su nieta, eso seguro» pensó
Charlie; aunque, por supuesto, prefirió guardarse el comentario para sí mismo.
—Lo siento, yo… —balbució—, soy el vecino.
—¿Qué vecino?
—El nuevo vecino —contestó Charlie con expresión
de aturdimiento.
—Gracias por la aclaración —dijo el hombre
mientras se recolocaba la chaqueta, y por el tono que empleó se preguntó si se
estaría burlando de él—. ¿Cómo se llama? — Volvió a usar ese tono autoritario
que a Charlie le resultaba tan irritante, y se sorprendió de que continuara
tratándole de usted.
—Charlie, señor…
—Señor White para usted. —El hombre enarcó las
cejas y sus ojos brillaron con algo que Charlie no pudo descifrar. Se llevó una
mano al pecho y zarandeó las gafas metálicas y redondeadas que le colgaban de
una cadena—. Así que Charlie, el nuevo vecino. —Emitió un sonido agudo, como si
estuviera cavilando sobre algo importante—. Le diré una cosa. No debe llamar a
la puerta a menos que haya sido invitado. Bajo ningún concepto. ¿Me ha
entendido? —El señor White dio un paso hacia él y le miró de arriba a abajo—.
Nunca se sabe lo que puede uno encontrar al otro lado —continuó el hombre—, ni
si estamos o no en condiciones de abrirle. —Charlie quiso decirle que esa era
la «sorpresa» de llamar a la puerta, que nunca sabías lo que había al otro
lado. Pero tampoco consideró oportuno decir nada—. ¿Me está escuchando? —le
preguntó al darse cuenta de que tenía la cabeza en otra parte.
—Sí, señor —respondió él. Solo quería terminar
la conversación de una vez y volver a su casa. La locura pasajera que había
tenido respecto a su vecina había terminado abruptamente para él. No tenía
ningún sentido perder el tiempo por un dibujo, Charlie tenía cosas mejores en
las que pensar. Como su nuevo proyecto, su nueva vida o la cena que iba a
organizar para sus amigos.
El señor White continuaba divagando sin parar,
pero Charlie había dejado de prestarle atención y se limitaba a asentir con la
cabeza.
—… haga caso de lo que le digo y puede que un
día le invite a tomar el té — comentó el hombre como si le estuviera haciendo
un favor, y eso despertó el interés repentino de Charlie.
Arrugó el ceño y aterrizó de nuevo en la
conversación, mirando detenidamente a su vecino. Como si él fuera a aceptar una
invitación como esa. Ni en sueños. Jamás volvería a tocar esa puerta, y si
podía evitar hablar con ellos mejor que mejor. Pero obviamente, se equivocaba,
como tantas veces lo haría en adelante.
—¿Sabe jugar al ajedrez? —preguntó el señor
White de repente, mirándolo interesado. Tenía los ojos de un azul más apagado
que los de su nieta.
—Claro que sé. —A Charlie se le escapó una
risotada burlona que el señor ignoró o pasó por alto.
—Estupendo. —Elevó los labios finos en una
especie de sonrisa—. Tal vez le invite entonces a jugar, si de veras se ve
capaz de enfrentarse a un rival experimentado como yo. —Carraspeó y frunció el
entrecejo, como si de repente hubiese recordado algo importante—. ¿Me va a
decir ya qué hacía en la puerta de mi casa? ¿Y por qué gritaba tanto? —Elevó el
tono y Charlie volvió a prestarle atención.
Decidió ser sincero.
—Su nieta estaba detrás de la puerta.
—¿Ah, sí? ¿Y cómo lo sabe?
—La escuché y la vi por la ventana.
En la cara del hombre se dibujó una mueca de
horror.
—¿Estaba espiando a mi nieta?
—¡Por supuesto que no! —replicó Charlie con el
rostro encendido—. Solo es que anoche creo que la asusté y salió corriendo, y
solo venía a saber si estaba bien.
El comentario hizo que el rostro del señor White
se endureciera.
—Así que usted fue la razón de que empeorara —murmuró
más para sí mismo que para Charlie.
—¿Qué? —Charlie no daba crédito. ¿De qué
hablaba?
—¿Sabe que podría denunciarle por espiar a mi
nieta? Podría ir a la cárcel.
—¡No he hecho nada! —protestó—. Estaba sentada
en mi sofá y yo salía de mi casa y al verme echó a correr —aclaró de un tirón—.
No tengo la culpa de que su nieta sea tan… susceptible.
—¿Sentada en su sofá cuando salía de su casa? En
todo caso, querrá decir cuando entró en su casa. ¿Está acusando a mi nieta de
haberse colado en su casa?
Charlie lo miró de hito en hito.
—¡El sofá lleva desde ayer por la mañana fuera
de la casa! —Resopló—. Por el amor de Dios, debe haberlo visto.
—Yo no veo nada. Los hombres decentes nunca ven
nada —dijo el hombre.
—Pero si se ve desde aquí —replicó Charlie,
dando un paso hacia atrás y señalando hacia su casa. Estaba más que dispuesto a
cerrarle la boca—. Salga unos pasos y podrá verlo —insistió.
El señor White se rascó la barbilla, como si
estuviera tomando una decisión, y consultó la hora en su reloj de bolsillo.
Entonces su expresión cambió, alzó las cejas y abrió los ojos desmesuradamente.
—¡Pero qué tarde es! —bramó casi a gritos—. Por
su culpa voy a llegar tarde.
—¿Por mi culpa? Pero si ha sido usted el que me
ha… —El hombre no le dejó terminar y le cerró la puerta en las narices,
desapareciendo en el interior de la casa, dejando a Charlie aún más
estupefacto.
No sabríamos deciros cuánto tiempo permaneció
allí plantado, delante de la puerta, con el eco del portazo aún resonando en
sus oídos. Cuando hubo asimilado la situación, llegó a la conclusión de que
había cubierto su cupo de gente extraña por una eternidad. Pero no se lo
tengáis en cuenta, así de iluso era Charlie de vez en cuando. Por el contrario,
él no era de los que se enfadaban por cualquier cosa, incluso debía admitir que
la situación había sido bastante cómica a pesar del bochorno que había pasado.
La constatación de ese hecho le hizo sonreír, y la sonrisa pasó a ser una
sonora carcajada que continuó hasta llegar a su casa e incluso minutos después
de haber vuelto a posicionarse frente a su escritorio. Cogió el último dibujo
que había hecho de su vecina y lo tiró a la papelera, junto al resto.
Era hora de ponerse de nuevo manos a la obra.
Y por último, como ya os avisaba al principio de la entrada, la editorial va a sortear un ejemplar de la novela junto con unas postales ilustradas muy monosas entre todos aquellos que recopiléis todos los trozos de las portadas que se publiquen en los diferentes blogs que participamos en el blogtour -la lista de blogs y fechas está al principio- unáis todos esos fragmentos y subáis la imagen resultante a vuestro muro de facebook etiquetando a Ediciones Kiwi en ella. Fácil, ¿verdad? Yo por mi parte aquí os dejo el fragmento que me correspondía:
Y ahora es vuestro turno de contarme lo que queráis, ¿tenéis ganas de leer la novela? ¿Creéis que la portada va a ser aún más bonita que la primera? ¿Qué os pareció el fragmento que puse? ¿No os recuerda a alguien el excéntrico Señor White? ¡Nos leemos en los comentarios!
Que buena pinta tiene este libro =) a ver si tengo suerte en el concurso.
ResponderEliminarBesos
Los dientes largos es decir poco!!!!
ResponderEliminarBesotes
A pesar de que no he leído el otro libro (muy mal, por mi parte, pero cuando acabe los exámenes me haré con él y lo devoraré), tengo muchas ganas de que se publique este libro. Me llama mucho la atención, porque Alicia en el País de las Maravillas es uno de mis favoritos, y me encanta todo lo relacionado con esa historia, así que estoy ansiosa por poder disfrutar de este libro.
ResponderEliminarParticiparé en el sorteo, por supuesto, que por participar no se pierde nada.
¡Un besito Vir!
Tiene buena pinta, aún no he leído el otro libro de las autoras pero me apetece :D
ResponderEliminarUn beso ^^
¡Qué ganas de que salga ya! :)))
ResponderEliminarMuah
Oh, quiero leerla ! No sabía que la autora iba a sacar una novela nueva y la verdad es que me intriga muchisimo ! :B
ResponderEliminarbEsos !
Quiero Recuerda que me quieres y este *O* Participaré en el concurso, a ver si hay suerte.
ResponderEliminar¡Un besote, guapa!
Que ganas tengo de leerlo! Recuerda que me quieres me fascinó.
ResponderEliminarUn beso.
La verdad es que tiene buena pinta, además, por los fragmentos que habéis ido subiendo, la portada es muy boniiita.
ResponderEliminarUn besito, preciosaaaa ♥
¡Hola guapa!
ResponderEliminarMe muero de ganas pro leerlo *W*
Besitos<3
No he leído nada de las autoras, haber que tal las reseñas cuando salga.
ResponderEliminarbesicos :D