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RESEÑA: Memorias de un amigo imaginario [Matthew Dicks]

martes, 11 de septiembre de 2012

¡Hello darlings! Puede que ya estemos en septiembre pero yo tengo un retraso bastante acuciante en cuanto a reseñas y aún no terminé de daros mi opinión sobre los libros que leí este veranito, así que aquí vengo con mi reseña de este maravilloso libro que me ha enternecido muchísimo. A ver que os parece...




Título: Memorias de un amigo imaginario
Autor: Matthew Dicks
Editorial: Nube de tinta
Páginas: 424
Formato: rústica con solapas
ISBN: 9788415594000
PVP: 16, 95 €



Querido lector:

La novela que tienes en tus manos es especial, como Max.

La novela que tienes en tus manos es única, como Max.

La novela que tienes en tus manos es valiente, como Max.


Max solo tiene ocho años y no es como los demás niños. Él vive para dentro y cuanto menos le molesten, mucho mejor. No le gustan los cambios, las sorpresas, los ruidos, que lo toquen ni que le hagan hablar por hablar. Si alguien le preguntara cuándo es más feliz, seguro que diría que jugando con sus legos y planeando batallas entre ejércitos enemigos. Max no tiene amigos, porque nadie lo entiende y todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera. Solo me tiene a mí, que soy su amigo desde hace cinco años. Ahora sé que Max corre peligro y solo yo lo puedo ayudar. El problema es que Max es el único que puede verme y oírme. Tengo mucho miedo por él, pero sobre todo por mí. Los padres de Max dicen que soy un <<amigo imaginario>>. Espero que a estas alturas tengas claro que no soy imaginario.


MI OPINIÓN

Seguro que el título de este libro os ha hecho rememorar algún momento de vuestra infancia o a algún personajillo que solo vosotros veíais y que siempre recordaréis con cariño. A mi, por lo menos sí. Se llamaba Flopi y mi madre siempre me recuerda que cuando cualquier familiar mío venía a casa, antes de sentarse yo les tenía que dar el visto bueno porque... ¡no fueran a sentarse encima de él!

"—¿Tú también eres un amigo imaginario?

—Sí.

—¿Eso quiere decir que no somos de verdad?

—No —respondo—. Solo quiere decir que pertenecemos a una realidad distinta. Una realidad que los mayores no entienden, por eso dicen que somos imaginarios."

Como bien pone en la sinopsis esta es una novela especial, ya que no está contada por Max, el pequeño de ocho años, sino por Budo, su amigo imaginario. Por lo que nos metemos de lleno en el mundo de este peculiar ser que seguro que más de uno tuvo de pequeño, esto es uno de los aspectos que más me ha gustado del libro: ese mundo imaginario (o no tanto) donde habitan los amigos imaginarios de todos los niños. Sus peculiaridades, las diferencias entre unos y otros, ya que ningún amigo imaginario es igual a otro sino que depende de la imaginación de su amigo imaginante, y en definitiva todos esos aspectos que le dan un toque de originalidad y frescura al libro. Porque vamos a ver, ¿cuántos libros habéis leído que estén narrados por un amigo imaginario? Porque yo ya os adelanto que ninguno, quizá por eso esta novela me llamaba tanto.

Con Budo he de reconocer que he tenido mis más y mis menos. Por un lado es muy entrañable y se le coge bastante cariño pese a que al principio de la novela peca bastante de egoísta pero, por otro lado, en ocasiones me resultaba bastante cargante y repetitivo sobre todo en la primera mitad de la novela en la que a cada página prácticamente nos recordaba que tenía miedo de morir, que no quiere que Max deje de creer en él, que tiene miedo a morir, que qué pasará cuando un amigo imaginario muere, que tiene miedo a morir, que espera que Max le necesite para siempre, que tiene miedo a morir... Os hacéis una idea, ¿no? Y esto unido a que en la primera mitad del libro no ocurre casi nada, solo vemos a Budo describiéndonos su mundo, las reglas que lo rigen y qué hace en su tiempo libre cuando Max no lo necesita pues puede llegar a hacerse un poco cansino aunque veremos una notable evolución a lo largo de la novela. Max por su parte, me ha gustado mucho sobre todo por su forma de ser tan especial que hace que, aunque tampoco lo conozcamos mucho, se le coja bastante cariño.

"Por otro lado, siento que debería salvar a Max ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde. Antes de que ocurra algo que ahora mismo no soy capaz de ver. Porque sé que Max solo me tiene a mí, y mi deber es hacer algo cuanto antes.

Ahora mismo.

Pero aquí estoy, dividido entre esos dos lados. Bloqueado como Max. Quiero salvarlo a él y salvarme a mí mismo, pero no sé si puedo.

No sé que parte de Max puedo permitirme perder para salvarme a mí mismo."

Como he dicho antes, la primera mitad del libro es un poco lenta y en ocasiones me pareció un poco aburrida, pero en cuanto ocurre cierto acontecimiento la cosa se empieza a animar bastante y llega un momento en que resulta imposible parar de leer. Además a lo largo de la novela nos encontraremos pasajes preciosos que nos harán reflexionar bastante y mirar las cosas con otros ojos. Para los sensibleros como yo avisaros que el libro es bonito, tiene momentos de lagrimilla fácil pero no es de los de clinex permanente o por lo menos a mí solo se me escaparon las lagrimillas dos veces.

El final está lleno de acción y las cien últimas páginas me las leí prácticamente del tirón por la intriga de saber que iba a pasar, aunque hay cierto aspecto que es bastante predecible pero quería saber cómo se llegaba a eso. El desenlace me gustó sobre todo por la transformación y maduración que experimentan Budo y Max, pero me quedé un poco chafadita con el epílogo, no porque sea malo ni nada, sino porque lo deja todo un poco abierto a la imaginación y yo creo que no lo terminé de entender. Así que si alguien lo ha leído y amablemente me quiere decir lo que entendió puede ponerlo en los comentarios, avisando del spoiler claro.


En definitiva, Memorias de un amigo imaginario es un libro que nos introduce de lleno en el mundo de Budo, el amigo imaginario de un niño muy especial. Un libro tierno, con unas reflexiones preciosas y unos personajes que conseguirán conmoveros. Una gran apuesta de un sello editorial, Nube de tinta, que dará mucho que hablar.

Gracias al sello Nube de tinta por el envío del ejemplar.


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