RESEÑA | 'Diez negritos' de Agatha Christie

¡Muy buenas! No sé si alguna vez habéis tenido una crisis lectora, de esas en las que no os apetece leer porque todo lo que empezáis no consigue engancharos y lo termináis abandonando. A mí me pasó hace un mes, estuve más de diez días sin leer nada hasta que de repente me topé con esta novela que devoré en un abrir y cerrar de ojos y que me devolvió las ganas de seguir leyendo.

Diez negritos
de Agatha Christie

Autoconclusivo ~ RBA
Tapa blanda ~ 224 págs.
9788490561348 ~ 4, 95€

Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Mr. Owen, propietario de una lujosa mansión en el lugar a la par que un perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen. 

Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.

<<La sola palabra isla tiene la virtud mágica de evocar en nuestro espíritu toda suerte de fantasías, pues al llegar se pierde el contacto con el mundo. ¡Una isla representa por sí misma un mundo! ¡Un mundo de donde, a veces, no se vuelve jamás!>>

Tenía muchas ganas de leer este libro desde que hace algunos meses leí Diez de Gretchen McNeil, un remake juvenil de esta novela. A mí me encantan las historias de misterio y muertes, en la que no sabes de quién fiarte porque todos parecen sospechosos de ser "el malo de la película", así que cogí este libro con muchas ganas y eso se notó ya que no me duró más que seis horitas. 

Diez negritos ha conseguido algo que muy pocas novelas hacen: que una vez empieces el libro no lo sueltes hasta haberlo terminado. Me resultó imposible parar de leer, devoraba página tras página intentado descubrir alguna pista oculta sobre quién podía ser ese asesino que iba matando uno a uno a todos los que estaban en la isla. Los primeros capítulos son más de introducción: presentándonos a los personajes y viendo cómo estos llegan a la isla y se conocen; y yo ya desde ese momento iba analizando todo lo que me iban contando de cada uno para ver quién podría ser un sospechoso potencial. Y así estuve durante toda la lectura, a medida que se iban produciendo las muertes iba cambiando de sospechosos, inventándome mis propias teorías e intentando predecir quién iba a ser el siguiente en morir. Me chiflan este tipo de libros, no lo puedo evitar, y quizá es debido a eso que la novela se me hizo tan amena y tan cortita; por un lado quería que acabara para descubrir quién era el asesino pero, por otro, quería alargar su lectura lo máximo posible para seguir investigando por mi cuenta.

Los personajes, además, son de lo más variopinto posible, tenemos un juez, una institutriz, un médico, un militar, dos criados... y por si fuera poco, todos tienen algo que esconder. Todos tienen un pasado oculto que va saliendo a la luz durante su estancia en la isla. Todos pueden ser víctimas y verdugos en esta historia, lo difícil es adivinar quién es quién antes de que todos acaben muertos. Es cierto que debido a la brevedad de la historia -y, en algunos casos, de la vida de los personajes- tampoco es que se profundice mucho en ellos, aunque sí que nos dan un par de rasgos característicos para que nos hagamos una idea de cómo son. Pero ese poco desarrollo en los personajes lo suple una trama llena de misterio, tensión, intriga y asesinatos que no da tregua alguna al lector. Los capítulos van pasando y vas viendo cómo uno a uno los personajes van cayendo al ritmo de una pegadiza canción infantil que nos va dando pistas de cómo será la próxima muerte. A pesar de los asesinatos y de la tensión producida por saber que están en una casa de la que no pueden salir, no es una novela sangrienta ni que dé miedo ya que las muertes se tocan así pasada y no se desarrollan mucho debido a que lo importante es descubrir quién está detrás de todo para lograr salir con vida.

El final es verdaderamente sublime, en serio, mirad que hice mil y una teorías, tuve mil y un sospechosos y ni en un millón de años hubiera adivinado quién estaba detrás de todo. Me pareció genial la resolución del caso y me quedé alucinada cuando nos cuentan cómo el asesino planeó todo y lo fue llevando a término, fue un giro final muy impresionante que consiguió dejarme con la boca abierta. Y eso que, como os digo, no soy fácilmente impresionable con estas historias porque soy bastante intuitiva y la mayoría de las veces logro descubrir por dónde van a ir los tiros antes de que el autor descubra los ases que se guardaba bajo la manga, pero en esta novela no conseguí acertar en nada. Ya no sólo en los motivos -que ya os adelanto que son bastante retorcidos- sino que ni siquiera me acerqué en mis sospechas sobre el asesino. Y ya sólo por esto Agatha Christie tiene todo mi respeto.

En definitiva, Diez negritos es una novela de misterio e intriga que atrapa desde la primera página. Con una trama sorprendente y muy bien llevada, unos personajes que no son lo que parecen y un final que nos dejará impactados, esta novela de la gran Agatha Christie se ha convertido desde ya en una de mis favoritas de todos los tiempos.