RESEÑA: La maldición Silach [Antonio Martín Morales]

¡Hola, holita! Hoy vengo con una reseña de un género que no suelo reseñar mucho en el blog pero que a mi me gusta bastante: la fantasía épica. Conocí esta pentalogía el año pasado gracias a un encuentro de bloggers y autores, y la verdad que estoy encantada con ella, para mi cada libro supone una mejora con el anterior, por lo que os podréis imaginar que estoy deseando hincarle el diente al tercer libro que además ha visto la luz hace muy poquito.

Título: La maldición Silach (La Horda del Diablo  #2)
Autor: Antonio Martín Morales
Editorial: Everest
Páginas: 504
Formato: tapa dura
ISBN: 9788444146089
PVP: 19,95 €

Reseña de La caza del Nigromante

*la sinopsis puede contener spoilers del libro anterior* 

Segunda parte de la obra La Horda del Diablo, que comienza un año más tarde del fin del Nigromante. Remo, el héroe protagonista, regresa a Venturia, capital de Vestigia, decidido a descansar pero allí le espera una nueva aventura consistente en el rescate del prometido de su amiga Sala. Fuerzas ocultas, seres fantásticos y conspiraciones secretas acompañarán y complicarán la misión de la comitiva de rescate. Solo la destreza física, la inteligencia y la bondad de los mejores conseguirán superar todos los peligros de la misión.

MI OPINIÓN

La maldición Silach comienza un año después de los acontecimientos que tuvieron lugar en La caza del nigromante que recordemos terminó con cada personaje tomando un rumbo diferente y continuando con sus aventuras por separado, pero al principio de este segundo libro un acontecimiento bastante importante volverá a unirlos y les hará emprender un nuevo viaje que promete ser igual o más interesante que el anterior.

"El sueño tornó a ser opaco hasta que fue despertado, pero recordaba a la perfección, como si la guardiana le hubiese gritado al oído aquella última frase. <<La maldición está en las niñas>>. No tenía sentido…"

Si hay una cosa por la que destaca esta saga es por sus personajes. Los cuales, en mi opinión están muy trabajados, cada uno tiene un carácter muy definido y es una verdadera delicia ver cómo poco a poco van evolucionando ante nuestros ojos. Nos volvemos a encontrar con algunos de los que aparecieron en el libro anterior, como son Remo, Sala, Lorkun o Trento; más unos cuantos nuevos a los cuales os advierto que no les cojáis extremado cariño porque si por una cosa destaca el autor, es por no escatimar en muertes. Si un personaje tiene que morir porque la trama lo exige, muere y punto. 

Pero bueno, centrándonos en los dos más principales, tenemos a Remo que sigue igual de frío, hosco e independiente que siempre, aunque en este libro empezaremos a atisbar a otro Remo más comunicativo y que deja entrever más sus sentimientos. Y en esto  tendrá mucho que ver nuestra querida Sala, que con su desparpajo y su salero irá quitándole la coraza poco a poco. Aquí en confianza, os reconozco que siento predilección por Sala, en serio es que no os podéis hacer una idea de la alegría y el buen rollo que transmite este personaje, yo era ver su nombre en la página y ya estaba con una sonrisa en la cara. Ambos tienen caracteres muy fuertes y la verdad que chocaran mucho a lo largo del libro, y es a través de esos momentos cuando les veremos evolucionar y dejar parte de sus miedos y su pasado atrás.

"—Si pensabas que esto iba a ser fácil, que volveríamos todos sanos y salvos es que eres una ingenua. Esto acaba de empezar. Nos dirigimos al infierno…

—Sí, Remo, pero ¿no comprendes cómo me siento?

—No seas débil, ¡no sientas! Ellos están aquí, cada uno con sus propios objetivos. Han decidido jugársela, son voluntarios. Tú misma lo dijiste. Piensan en un regreso plagado de gloria. Jortés anhela la venganza. Rílmor… su posición en la casa Véleron. Abre los ojos a tus propias palabras… Destroza esa sensación, destroza todas las sensaciones.

—No puedo. La gente no es tan malditamente fría como tú, Remo.

—Ni tan ingenua como tú. Estas conversaciones no me aportan nada, Sala, uno no puede estar cortando carne y recogiendo flores… Tienes que apretar los dientes y seguir sin mirar atrás."

Otra cosa que me gusta mucho es la narración del autor que a mi parecer es muy visual, y eso en un libro de estas características se agradece mucho. No os voy a mentir, la novela es bastante sangrienta, sin llegar a resultar gore en ningún momento, pero sí con innumerables peleas, luchas, muertes... tan bien descritas y contadas que de verdad parece que estás ahí viéndolo como un espectador más. Hay bastante descripción, pero el autor no se recrea en largos pasajes descriptivos, sino que estas son precisas y aportan los datos necesarios para que el lector se sienta dentro de la novela, sin llegar a ralentizar el ritmo en ningún momento. Y es que si algo me ha gustado de este libro, es que tiene más acción que el primero por lo cual no hay espacio para el aburrimiento ya que cuando los personajes no están metidos en una pelea a muerte dentro de un bosque que se revela contra ellos, están intentando escapar del enemigo o planeando alguna emboscada.

A los más romanticones tengo que decirles que seguramente este no sea ni su libro, ni su saga. ¿Quiere decir eso que no hay amor? No es que no lo haya, sino que este es muy sutil, aparece casi al final y no tiene apenas importancia en la trama, ya que vuelvo a destacar que es una novela épica de aventuras y eso sí que os puedo asegurar que vais a encontrar a raudales.

Con respecto al final, este podría considerarse bastante cerrado en el sentido de que se cierra el enigma (o la aventura) que se planteaba al comienzo de la novela, pero también deja pequeños cabos sueltos para los siguientes tomos. A mi personalmente, me ha gustado más que el anterior y estoy deseando leer la tercera parte, El pacto de las cinco montañas.

En definitiva, La maldición Silach continúa con las aventuras de nuestro antihéroe Remo, que junto a sus amigos volverán a involucrarse en un peligroso viaje que nos deparará mucha acción y sorpresas; y que nos dejará con ganas de seguir conociendo más del fantástico mundo creado por el autor.

MI PUNTUACIÓN