RESEÑA | 'Una tarta de manzana llena de esperanza' de Sarah Moore Fitzgerald

Una tarta de manzana llena de esperanza
de Sarah Moore Fitzgerald

Autoconclusivo ~ Maeva Young
Tapa blanda con solapas ~ 200 págs.
9788415893714 ~ 15, 90€
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Oscar Dunleavy, un chico con un brillo especial, bondadoso, generoso, inteligente y sobre todo optimista, tiene un secreto. Sabe preparar unas tartas de manzana «casi mágicas». Todos aquellos que las prueban se contagian inmediatamente de una gran alegría y felicidad. 

Pero un día Oscar desaparece, y todo el mundo asume que ha fallecido. Solo Meg, su mejor amiga, y Stevie, el hermano pequeño de Oscar, se niegan a aceptarlo. Juntos empiezan a investigar, decididos a descubrir qué le ha podido suceder, y en esta búsqueda épica, los tres chicos aprenderán una valiosa lección.

Intenté explicarle una vez más mi costumbre de hacer tartas de manzana. Hay gente que nota en los huesos cuándo va a cambiar el tiempo. Hay gente capaz de decir dónde hay agua bajo tierra. Mi habilidad era oler cosas en el aire, cosas intensas y cargadas de deseos. Esos olores eran la señal de que era hora de hacer tartas.

Desde que Maeva anunció la publicación de este libro me llamó mucho la atención pero, no sé porqué, tenía la sensación de que iba a ser una historia algo infantil y por eso no me animé a leerlo en su momento. Pero tras un par de reseñas que me quitaron esa idea de la cabeza y que hicieron que mis ganas de leerlo aumentaran, no pude posponer más tiempo su lectura y menos mal porque me estaba perdiendo una historia maravillosa.

Una tarta de manzana llena de esperanza es una lectura tierna, mágica y especial que, a pesar de su corta extensión, logra transmitir muchísimo. Desde la primera página quedé cautivada por la historia y por ese personaje tan absolutamente adorable que es Oscar. Al principio lo conocemos sólo a través de los ojos de su amiga Meg que nos cuenta lo peculiar que es, cómo el chico es capaz de sentir las emociones de la gente y presentir cuando alguien necesita ayuda, momento en el cual prepara una de sus famosas y mágicas tartas de manzana, que tienen la habilidad de ayudar a las personas, de hacerlas más felices y permitirlas ver el mundo de forma más optimista. Pero cuando Oscar se una a la narración podremos comprobar de primera mano lo especial que es este joven, lo mucho que se preocupa por la gente y la relación tan especial y bonita que le une a Meg. La novela está narrada por ambos: en la parte de Meg iremos viendo como ella y Stevie, el hermano de Oscar, buscan al chico que ha desaparecido misteriosamente porque se niegan a creer que se haya suicidado; y por otra parte, tenemos los capítulos de Oscar donde iremos viendo qué fue lo que ocurrió esa fatídica noche y qué cosas le llevaron a esa situación. 

–La esperanza nunca es destructiva. La esperanza es lo que te ayuda a seguir adelante –dije.
Y lo decía en serio. La esperanza es tan necesaria como el agua o como el aire que respiras. Sin ella, todos podríamos terminar por lanzarnos desde el embarcadero a las aguas oscuras del mar.

La novela de Sarah Moore Fitzgerald ha sido completamente diferente a lo que me imaginaba que sería, pero ha logrado conquistarme igualmente. Me ha parecido una historia muy peculiar -de esas realistas pero que irradian magia por los cuatro costados- además, trata temas de importancia universal y muy actuales como el bulling, la importancia de la familia y los vínculos tan especiales que se establecen con la amistad. Pero todo esto narrado sin profundizar mucho en ello y con un halo de esperanza y optimismo que hace que las partes que son un poco más duras estén suavizadas y sea una lectura que no peca de dramática. Otra peculiaridad que tiene es que los capítulos no se numeran de la forma normal sino mediante una cuenta atrás de trozos de tarta y, ambos personajes tienen dibujos diferentes al principio del capítulo para diferenciarlos.

Me ha sorprendido también que pese a su corta extensión -apenas 200 páginas- logre transmitir tantísimo y cuente con tantas pequeñas enseñanzas entre sus páginas. Lo que sí que vi es que el final es algo precipitado, prácticamente se resuelve todo en el último capítulo y, aunque la forma en la que lo hace me gustó, un poco más de desarrollo al final no hubiera estado mal. Pero igualmente me que quedado totalmente cautivada con la historia, con Oscar y con sus tartas de manzana con las que logra ayudar a tantísimas personas; sin duda, en esta vida tendría que haber más Oscar Dunleavy que fueran igual de solidarios y se preocuparan tanto por la gente, porque el mundo sería un poquito mejor.

En definitiva, Una tarta de manzana llena de esperanza es una lectura muy especial, con una historia que ofrece mucho más de lo que a simple vista parece, unos personajes principales adorables y plagada de mensajes preciosos. Pero sin duda, si destaca por algo es por esa sensación de esperanza y optimismo con la que Sarah Moore Fitzgerald nos narra todo.