RESEÑA: La hija del rey araña [Chibundu Onuzo]

¡Muy buenas! ¿Cómo está yendo el fin de semana? El mío muy hogareño, ya sabéis: mantita, algo calentito, pelis, series y libros. ¡Estoy en el Paraíso como podéis ver! Antes de seguir mi día de relax quería pasar a dejaros la reseña de un libro algo diferente pero que quizá es eso lo que lo hace destacar. A ver que os parece...

La hija del rey araña
de Chibundu Onuzo

Plataforma Neo ~ 344 págs.
Tapa blanda con solapas
9788415880363 ~ 19, 50€

Abike Johnson, de diecisiete años, es la hija predilecta de su acaudalado padre. Reside en una gran mansión en Lagos, protegida por guardaespaldas, y viaja en un gran jeep negro que la lleva a todas partes. Pero ser la favorita de su padre tiene un precio, y a menudo se siente sola detrás de los altos muros de su hogar. 

A un mundo de distancia de la mansión de Abike, en los suburbios de la ciudad, vive un joven vendedor ambulante que se esfuerza por encontrarle sentido al mundo. Su familia lo perdió todo tras la muerte de su padre y ahora él, en las calles, corre detrás de los automóviles vendiendo helados para mantener a su madre y a su hermana.

El día en que Abike compra un helado al vendedor ambulante empieza una improbable y frágil historia de amor que desafía los prejuicios de la sociedad nigeriana. La creciente intimidad entre ambos, sin embargo, arrastra consigo revelaciones sobre el pasado que pondrán en jaque la relación, y tanto Abike como el vendedor ambulante deberán decidir de qué bando están en este juego.

Cada vez que oía hablar de este libro lo que más destacaba la gente era lo diferente que le había parecido la lectura y sobre todo que se habían quedado con un regustillo extraño al terminarlo, de no saber si les había gustado o no. A mi, qué queréis que os diga, pero estas cosas me crean curiosidad así que en cuanto tuve un hueco me puse con el libro para poder comprobar con mis propios ojos todo eso que comentaban. Y una vez terminado tengo que darles la razón. 

La hija del rey araña es una novela que una vez terminada te deja con una sensación rara. No estamos acostumbrados a leer novelas como esta en juvenil, pero a veces está bien que las editoriales apuesten por libros así que se alejan de los tópicos que siempre leemos. Al principio me costó algo acostumbrarme a la forma de escribir de la autora, no es el primer libro que leo que está narrado a dos voces alternando los puntos de vista de los dos personajes principales, pero en este caso no sé por qué me costó pillarle el punto. Lo que sí que me ha gustado mucho es la ambientación, lo bien que la autora sabe explicarte y hacerte ver cómo se vive en ese país. Las diferencias entre las diferentes clases sociales, ese abismo que separa a los ricos de los pobres, cómo estos últimos se esfuerzan por sobrevivir cada día y como la gente adinerada los trata como si no valieran nada y solo fueran otra piedra en el camino que evitar o pasar por encima.

   —Tú eres el problema —repitió, hablando entre dientes—. Apareces con tu coche y atraes la atención de todos los aguadores del barrio. ¿No te das cuenta de que es como ponerle una marca a mi edificio para todos los atracadores?
   —¿No te parece que estás exagerando un poco?
   —¿Exagerando? ¿Qué sabes tú de la vida en esta ciudad? ¿Qué sabes tú de la pobreza o de tener que escuchar cada noche cómo les dan una paliza de muerte a tus vecinos para robarles unos pocos cientos de nairas? —Sus labios comenzaron a motearse con salpicaduras de saliva.
   —Estas montando un drama con esto. Puedo decirle a mi chófer que cambie el coche de sitio.
    —Tu chófer. Ese hombre ni siquiera tiene nombre.

Abike y su vendedor ambulante son las dos caras de la misma moneda: ella una joven caprichosa y mimada que siempre ha tenido todo lo que ha querido, y él un joven que tras perderlo todo tiene que empezar de cero y matarse a trabajar para ganar una miseria con la que intenta mantener a su familia y hacerle la vida más fácil. Ambos me han parecido perfectamente perfilados y complejos, sobre todo Abike que no es tan mala como aparenta pero tampoco tan buena como nos gustaría que fuera. Una de las cosas que me llamó la atención es que la autora no nos dice el nombre del vendedor, todos los personajes de la novela lo saben, menos el lector. Al principio eso me sacó de mis casillas, ¡yo quería saberlo! pero luego me pareció un gran recurso para que el lector entendiera lo poco que valen allí la vida de esas personas, lo insignificantes que son que ni siquiera le dota de humanidad poniéndole un nombre. La relación entre ellos es complicada, rara y sobre todo no deja indiferente; no os esperéis un amor de esos bonitos que quitan el sentido porque no lo encontraréis. Digamos que la relación de amor que hay va muy acorde con la esencia del libro.

Con respecto a la trama... Yo no sé si es que ya estoy muy curtida en depende qué géneros porque desde que leí la sinopsis me imaginé por dónde iban a ir los tiros, y no me equivoqué. Pero claro tampoco puedo decir que sea predecible porque no sé si el problema es ese o que a mi se me da genial adivinar estas cosas, pero el caso es que yo el factor sorpresa no lo tuve. Empieza algo lento, y la confusión que me producía la narración solo acuciaba ese sentimiento, pero poco a poco va cogiendo ritmo y pese a todo logra enganchar bastante. El final era el esperado, aunque yo me hubiera decantado por algo más dramático, pero me gustó por lo realista que es y porque deja con ese regustillo amargo de no saber muy bien qué pensar de todo. Me gustan esos libros que después de leerlos siguen haciendo que te replantees cosas de su lectura.

En definitiva, La hija del rey araña es una lectura diferente que nos traslada a una cultura y a una sociedad totalmente opuesta a la nuestra. Sin duda, me quedo con la ambientación, con la complejidad de Abike y con ese final que, aún dejando una sensación rara en el cuerpo, es el que mejor representa la esencia de la novela.